Elipse es un novedoso balón intragástrico de última generación, que se coloca en el estómago sin necesidad de cirugía, endoscopia, ni anestesia. Pasados unos meses se expulsa de forma natural.
Al ocupar parte de la cavidad gástrica, genera una sensación de saciedad, alterando el vaciado gástrico y precipitando ciertos cambios neurohormonales que ayudan a la pérdida de peso.
La gran ventaja de este procedimiento es que no es necesario acudir a un hospital. Se lleva a cabo en la consulta y bajo control radiológico, durante una breve visita médica. El paciente traga una cápsula del tamaño aproximado de una aceituna, que contiene el balón desinflado unido a un finísimo tubo o catéter. Tras confirmar con una radiografía dinámica que ha llegado al estómago, se rellena de 550ml de líquido a través del catéter. Tras un breve periodo de observación médica, el paciente regresa a casa o a su actividad cotidiana.
Se suele administrar una medicación antes y después de la inserción del balón para controlar la posible aparición de disconfort gástrico, náuseas o vómitos, que algunas personas pueden experimentar. Al cabo de uno o dos días desaparecen todas las molestias y sólo permanece una sensación de saciedad precoz que ayuda a disminuir la cantidad de comida que se ingiere.
Después de aproximadamente 16 semanas, el balón se desinfla de espontáneamente y se elimina de manera natural, de pasando desapercibido en la mayoría de ocasiones.
Aunque puede emplearse en diferentes escenarios la mejor indicación se encuentra en pacientes con un Índice de Masa Corporal (IMC) entre 30 y 35Kg/m2 sin enfermedades digestivas importantes, que ya han probado sin éxito otros tratamientos dietéticos convencionales.